Ramón Carretero: El empresario que vuela alto con Maduro

Cuando la familia manda, los negocios prosperan. Aunque el país se hunda.

Mientras Venezuela atravesaba su peor crisis económica, un nombre crecía silenciosamente en los círculos de poder: Ramón Carretero Napolitano, un empresario panameño cuyo ascenso no se explica sin su cercanía al entorno íntimo de Nicolás Maduro y su familia.

Una reciente investigación de Armando.info, en alianza con La Prensa de Panamá, CLIP y Transparencia Venezuela, destapa cómo Carretero se convirtió en uno de los mayores beneficiarios de contratos millonarios del Estado venezolano, usando como plataforma vínculos personales, empresas offshore y la complicidad de instituciones públicas controladas por familiares del poder.

Un portafolio de contratos “revolucionarios”

Desde 2013, empresas vinculadas a Carretero han firmado proyectos con el Estado venezolano por al menos 769 millones de dólares. Entre ellos:

  • Construcción de gimnasios y estadios.

  • Remodelación de hoteles.

  • Creación de centros de convenciones.

  • Importación de alimentos y materiales de construcción.

Los contratos fueron canalizados principalmente a través de la Fundación Pro-Patria 2000, manejada entonces por Carlos Erik Malpica Flores, sobrino de Cilia Flores, la esposa de Maduro. Posteriormente, el control pasó a otro miembro de la familia: Walter Jacob Gavidia Flores.

Dinero que vuela (literalmente)

El rastro del dinero también lleva a los cielos: Carretero y Juan Carlos López Tovar (exesposo de otra sobrina de Cilia, Iriamni Malpica Flores) compartieron vuelos privados y empresas registradas en Panamá.

En 2014, al menos 5,8 millones de dólares fueron transferidos a cuentas personales de López Tovar e Iriamni desde empresas controladas por Carretero. Ese mismo año, mientras Venezuela sufría escasez de alimentos y colapso de servicios, la pareja gastaba casi 9.000 dólares en tiendas de lujo como Louis Vuitton y Gucci en Panamá.

El “banquero de Chávez” como aliado financiero

Los fondos pasaron por AllBank (Panamá) y el Banco del Orinoco (Curazao), ambos propiedad de Víctor Vargas Irausquín, conocido como el “banquero de Chávez”. Ambos bancos fueron liquidados posteriormente por graves irregularidades financieras.

¿Quién protege a quién?

Este caso es un ejemplo de cómo el chavismo ha tejido una red de complicidad regional para sostener su poder económico, utilizando empresas pantalla, bancos aliados, fundaciones estatales y la opacidad de las instituciones.

Ramón Carretero no solo hizo negocios con un gobierno señalado por corrupción y violaciones de derechos humanos, sino que se volvió parte del sistema que se lucra con la tragedia de millones de venezolanos.


📌 Lee la investigación completa en Armando.info

 

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