El reconocido activista político venezolano Lorent Saleh lanzó una serie de acusaciones contundentes en la red social X contra el ingeniero informático Rafael Núñez, también conocido como Rafa Núñez. Saleh, quien ha sido un férreo opositor al gobierno de Nicolás Maduro, no escatimó en calificativos al señalar a Núñez como un colaborador directo del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN).
Las denuncias de Saleh no se limitaron a etiquetar a Núñez como un simple informante. Con un tono cargado de indignación, el activista responsabilizó directamente a Núñez por las torturas que asegura haber sufrido durante su encarcelamiento en las instalaciones del SEBIN en Venezuela. Pero las acusaciones no se detuvieron ahí; Saleh también implicó a Núñez en los presuntos abusos perpetrados contra Gabriel Valles, otro activista opositor que compartió cautiverio con Saleh.
En sus mensajes, Saleh instó a sus seguidores a identificar y denunciar a Núñez, describiendo al ingeniero como un agente encubierto del SEBIN encargado de fabricar “falsos positivos” contra activistas y estudiantes. El activista no dudó en señalar que Núñez opera bajo una fachada para infiltrarse en círculos opositores y continuar delatando a personas críticas al gobierno de Maduro.
Las acusaciones de Saleh van más allá de la supuesta colaboración de Núñez con los servicios de inteligencia. El activista también lo señaló como el responsable de limpiar la reputación en línea de los llamados “bolichicos” y otros individuos vinculados al gobierno chavista, sugiriendo una red de complicidades que va más allá de la simple delación.
El oscuro pasado de Rafael Núñez y su controvertido presente
Las acusaciones contra Rafael Núñez no son recientes. Un artículo de blog de 2014, citado por Saleh, revela un historial turbio que se remonta a inicios de siglo. Según el texto, Núñez fue arrestado y deportado de Estados Unidos en el año 2000 por infiltrarse en servidores gubernamentales, lo que le valió la etiqueta de “hacker ex convicto”.
Paradójicamente, este pasado delictivo parece haberle granjeado favores en Venezuela. El mismo Hugo Chávez, en vida y durante su presidencia, llegó a presentar a Núñez en televisión nacional, exaltando sus habilidades. Esta bendición oficial contrasta crudamente con las denuncias actuales, que retratan a un individuo que ha sabido navegar las agitadas aguas del poder en Venezuela.
Las investigaciones del periodista Steven Bodzin, antiguo reportero de Bloomberg, describen las actividades más recientes de Núñez. Según Bodzin, desde 2012, Núñez ha estado utilizando sus habilidades informáticas para eliminar de internet publicaciones que exponen los negocios corruptos de los “bolichicos” en Venezuela. Esta labor de limpieza digital no se limita a empresarios; pues Núñez habría extendido sus servicios a otros personajes siniestros.
La red de influencias de Núñez parece extenderse más allá de las fronteras venezolanas. Se le vincula con la empresa estatal alemana Bundesdruckerei y con Jorg Baumgartl, este último señalado en medios alemanes por posible corrupción en contratos que involucraron a Venezuela y Cuba.
El contraste absurdo: lujo y asilo político en la familia Núñez
En un hecho que roza lo absurdo, recientemente se ha revelado que Argimiro Núñez, hermano de Rafael, ha solicitado asilo político en España. Esta noticia ha causado críticas en las redes sociales, dado el perfil de Rafael como supuesto colaborador del gobierno de Maduro. La incongruencia es flagrante: mientras Rafael Núñez disfruta de privilegios y conexiones de alto nivel en Venezuela, su hermano busca protección en el extranjero alegando persecución política.
Esta situación ha desatado una oleada de cuestionamientos. Activistas y usuarios de redes sociales se preguntan con sarcasmo: “¿Cómo es posible que un colaboracionista como Rafael Núñez, que organiza fiestas fastuosas y está bien ‘enchufado’ al gobierno, tenga un hermano pidiendo asilo político en España? ¿Quién persigue a Argimiro en Venezuela?”. Estas preguntas retóricas subrayan la aparente hipocresía y contradicción en el seno de la familia Núñez.
El contraste entre los hermanos Núñez no podría ser más marcado. Mientras Rafael es señalado como un informante que se ha beneficiado de sus conexiones con el chavismo, Argimiro se presenta como un practicante de artes marciales y filosofías místicas asiáticas. Su perfil en un sitio web de estudios esotéricos lo describe como un experto en medicina natural y artes marciales, con una trayectoria de más de 25 años en el área de la salud.
La ostentación de Rafael Núñez, evidenciada en imágenes de una lujosa fiesta de cumpleaños que circulan en redes sociales, choca brutalmente con la crisis económica que atraviesa la mayoría de los venezolanos. Este despliegue de opulencia, en un país sumido en la pobreza, no hace más que avivar las críticas y reforzar las acusaciones de complicidad, contra el hacker Núñez. Sus incongruentes prácticas místicas como un adorador de ángeles parecen estar más al servicio de pecadores, que de las divinidades en las que dice creer.